¿Quiénes Somos?

Escuela Normal Particular Incorporada

“La Paz de Veracruz”

La Escuela Normal La Paz de Veracruz es una Institución de Enseñanza Superior dedicado a la formación de maestros que transforman vidas. Fundada en 1958 por la Hermana Josefina Palacios Paredes, perteneciente a la Congregación de las Hermanas Josefinas de México con reconocimiento y validez oficial por la Secretaria de Educación Pública (SEP) y a la Dirección de Escuelas Normales (DEN). Brindando a los jóvenes interesados en el campo de la educación, una formación con carácter: crítico, creativo y reflexivo, sustentada en una calidad académica preocupada en la práctica de valores que enaltecen al ser humano.



Misión

Nuestra misión es la educación integral de los alumnos para lograr la transformación social que beneficie al bien común, poniendo al servicio de los demás (sociedad) sus capacidades y aptitudes, su acervo cultural y pedagógico, impregnado de los valores que dan dignidad a los actos humanos

Visión

Formar docentes de educación primaria, preescolar e inclusión educativa de excelencia, que impacten en la transformación de la sociedad como agentes de cambio, mostrando los valores humanistas que caracterizan a la institución

Filosofía

La Escuela Normal La Paz de Veracruz, es una Institución de Educación Superior privada, fundada por las Hermanas Josefinas donde se promueve un ambiente propicio para la formación integral del educando, a fin de que éste alcance su desarrollo como persona, por medio de la calidad académica.

Nuestra Historia

Los fundadores


La Escuela Normal la Paz de Veracruz forma parte del Colegio La Paz de Veracruz A.C. Es una obra que pertenece a la congregación de Hermanas Josefinas de México. Primera congregación religiosa mexicana fundada por el p. José María Vilaseca, de origen español nacido en Igualada, Barcelona se ordena sacerdote en la Congregación de San Vicente de Paul en el invierno de 1856; llega a México cuando aún prevalece el eco gestado por la guerra de Independencia y el movimiento de la Reforma imperaba en el país. Los primeros incentivos de su celo fueron su amor a San José, su afán por la formación de los sacerdotes, la situación de la niñez pobre, los hospitales, y los orfanatos, los cuales lo encaminarían a realizar su obra más eficaz y fecunda.

Dios pone en el camino del P. Vilaseca a una mujer que sería el pilar paralelo de la futura Congregación de Hermanas Josefinas, María Cesárea Ruíz de Esparza y Dávalos, ella nace en Aguascalientes, Ags. El 27 de agosto de 1829, es educada en la fe y especialmente en la vida de oración. Se desposa con Jesús siendo seglar a los 19 años.

Es así como el 22 de septiembre de 1872 la Madre Cesarita inicia la fundación, a petición del Padre Vilaseca, de una Institución para la niñez femenina con cuatro señoritas. Seis meses más tarde, las niñas pasan a trescientas y las profesoras son más de diez. El Padre Vilaseca les puso un reglamento y comenzó a llamarlas Hijas de María del Señor San José; se conformaba para ese entonces el núcleo de la futura Congregación. El Señor le tenía encomendada una gran misión



a Cesarita, y la manifiesta a través del Padre Vilaseca, quien le solicita ser la fundadora de la Congregación de Hermanas Josefinas. Cesarita atiende al llamado de Dios y entrega su vida al servicio del más necesitado.

Era primavera de 1884 cuando Cesarita es llamada ante la presencia de Dios. Tiempo después sus restos mortales fueron encontrados intactos, mismos que reposan hoy en la capilla lateral derecha del templo de Josefinos en la Ciudad de México, con el tiempo el trabajo de Cesarita y del Padre Vilaseca dio frutos y se fundaron las misiones de la Tarahumara (1894), el Yaqui (1896), el Palenque (1896), asilos, hospitales, el Colegio Clerical del Señor San José (1872), y la Biblioteca religiosa (1869) desde donde se escriben folletos, opúsculos y la revista El propagador de la devoción al Señor San José misma que sigue en curso de publicación y que su tiraje en la actualidad es superior a ochocientos mil ejemplares.

El 3 de abril de 1910 lejos de su tierra natal, se reúne con Cesarita el Padre Vilaseca, sus restos reposan en la Casa Generalicia de México.




Antecedentes históricos del Colegio Josefino, hoy “ La Paz de Veracruz”


El Padre José María Vilaseca, fundador de la Congregación de Hermanas Josefinas, recibe una solicitud para la fundación de un colegio en el puerto de Veracruz y después de pensarlo muy bien, envió a cinco religiosas a la fundación: Sor Luisa Arzate, como Superiora, Sor Imelda Nandín, Sor Carlota Martínez y Sor Asunción Luyando quienes llegaron al puerto el 28 de agosto de 1890.

Nacía el Colegio Josefino bajo el imperativo de una época que demandaba imprescindiblemente la preparación de la niñez femenina, sumida en gran porcentaje en la ignorancia; y el pulso que lo que hizo nacer fue tan noble que ha podido sobrevivir transformándose siempre. 1890 año de la fundación en el que se clamaba por un México nuevo y presentía un cambio en la estructura social.

Era la época del Gobierno de Porfirio Díaz (1877-1904-1911), en donde el poder y los recursos económicos tendieron a centralizarse a costa de las autonomías locales y estatales. La falta de recursos locales y nacionales dificultó el desarrollo de un sistema nacional y unitario de educación pública.

En este mismo período el Ministro de Justicia e Instrucción era Joaquín Baranda, su gestión duró 19 años, diseño un sistema nacional de educación que solo pudo aplicarse en el D.F. y los territorios federales. Fundó la Dirección General de Instrucción Pública y la Dirección General de Instrucción Primaria. En su gestión se fundaron cuatro escuelas normales, una de carácter federal y nacional, que se sumaron a por lo menos cuatro que existían en distintos estados. Es importante destacar que desde su fundación, la Normal Nacional adquirió la facultad exclusiva de expedir títulos para la enseñanza.

En 1988 se promulgó una Ley de Instrucción Obligatoria con alcance jurisdiccional para el D.F. y los territorios federales. Baranda convocó a dos Congresos de Instrucción en los que se reunieron pedagogos, maestros, intelectuales, autoridades, y cuyos resultados contribuyeron a definir el proyecto estatal de educación pública. Esta ley dividía la instrucción primaria en elemental y superior; imponía la obligación de subvencionar a las escuelas municipales y prohibía que la misma fuera impartida por los ministros de cualquier culto religioso.

En Veracruz, en esa misma época, en 1879, se abrió en la ciudad de Jalapa, “El instituto Pestalozzi” con un programa de enseñanza intuitiva y científica. En febrero de 1883 Carlos A. Carrillo, luchador incansable de las reformas pedagógicas, fundó una escuela modelo nombrada “Instituto Froebel”.

Habiendo transcurrido 12 años de la fundación del colegio, llega a Veracruz el 19 de agosto de 1902 la Madre Luz Nava, - “mi único propósito era trabajar a favor de la niñez y juventud veracruzana”-, narraba la Madre, y para lograrlo grabé en mi mente y corazón las palabras de nuestro Padre Fundador: “Ved ahí hija mía que quiero que te vayas a Veracruz porque no quiero que esa casa acabe, pues más tarde servirá para bien de muchos”, palabras proféticas que se han cumplido por más de un siglo.




El Estado de Veracruz se vio beneficiado en muchos aspectos durante el porfiriato: se modernizó el puerto, se introdujo la electricidad, se edificaron modernas construcciones para la época y crecieron la economía, el comercio; sin embargo se cometió el error de no llevar bienestar a las clases más necesitadas, lo que trajo como consecuencia que, durante la Revolución Mexicana, Francisco I. Madero recibiera el apoyo decidido de los veracruzanos en su lucha por derrocar a Porfirio Díaz, quien abandonó el país en 1911, saliendo del puerto de Veracruz con rumbo a Francia.

Durante la Revolución Mexicana (1910-1917) la educación tuvo un escaso desarrollo. Sin embargo en algunos estados de la República los gobernadores revolucionarios impulsaron leyes que favorecieron la educación popular y en algunos casos, pese a las grandes dificultades económicas, crearon escuelas y ampliaron el número de profesores.

El Congreso Constituyente de 1917 elevó por primera vez a rango constitucional el precepto de la educación, obligatoria y gratuita. El Congreso estableció la prohibición al clero y a las asociaciones religiosas de organizar o dirigir escuelas de educación primaria. La Constitución otorgó mayores facultades educativas al Estado, el cual debía vigilar las escuelas primarias oficiales y privadas.

El Colegio Josefino comenzaba, después de arduas luchas, a cosechar triunfos, ya la vieja casona de Emparan 31 cumplía con su propósito esencial para el que fue creado: “fortalecer el corazón y educar la voluntad de la mujer veracruzana para el logro de su desarrollo, proponiéndose el desenvolvimiento de aptitudes y capacidades creando hábitos y actitudes que enaltezcan los valores humanos”. A partir del 21 de abril de 1914 con la invasión norteamericana “huyó la tranquilidad y seguridad del colegio”, narraba la Madre Lucecita, sin embargo grandes maravillas se realizaron en él; sus aulas se convirtieron en hospital, a petición de la Madre Luz Nava. Por su labor patriótica fue condecorada y nombrada hija predilecta del Estado de Veracruz. Actualmente una calle lleva su nombre.

Después de la guerra de 1914 el Colegio sufrió serios problemas por la persecución religiosa, ya que fue clausurado varias veces, la primera en abril de 1915, la segunda en febrero de 1916, la tercera en junio de 1922 y la cuarta en 1930; durante estos años fue necesario cambiar varias veces el nombre del Colegio Josefino para conservarlo. Primero se llamó Instituto Guillermina, después Escuela Hogar, luego Instituto Comercial y en el año de 1943 para incorporarlo y darlo a conocer ante el gobierno, se le dio el nombre de Colegio La Paz. Este nombre fue escogido desde 1932 por la Madre Josefina Palacios, debido a que por fin habían cesado las persecuciones y entraba el Colegio, después de tantos años, a una etapa de paz. Pero para todos cotinuó siendo el Colegio Josefino.

En 1958 la Madre Josefina Palacios funda la Escuela Normal con el gran apoyo del ilustre Educador Maestro Enrique Sarabia Bustamante. A la madre, le preocupaban las niñas y es por eso que funda la Normal teniendo como misión formar profesoras que eduquen a la población veracruzana en la ciencia y el amor de Dios. La Normal cuenta hoy con 60 años de labor en los cuales cientos de egresados educan e instruyen a la niñez y juventud al estilo Josefino; actualmente es mixto.